¡Ay, esas prisas!
Las prisas… este nuevo enemigo que hemos dejado nacer y crecer hasta apoderarse de todo. Nos sigue y nos persigue en nuestras complicadas vidas hasta dejarnos exhaustos intentando hacer tantas cosas, ansiando vivir dos vidas y al final, al igual que en el refrán de las liebres, no alcanzamos ninguna.
Es irónico, lo se, los primeros pensamientos que surgieron de mi cabeza a la hora de plantear este blog fueron las prisas. La comida rápida, el menor tiempo para esto o para lo otro y las menores complicaciones.
Pero cuando ya una se pone manos a la obra en cocinar fuera de casa, de enseñar como hacerlo y de viajar para ello, se detiene a disfrutar, de repente las cosas se ven desde otra perspectiva y empiezan a florecer las contradicciones. No, tranquilos, no voy a cambiar de planteamiento, pero no serán las prisas las que manden en las recetas, sino el concepto de simple y versátil, la adaptación a los medios que podemos tener en nuestras salidas y el disfrute.
Lo he vivido, me ha gustado y lo quiero compartir: «El placer de cocinar fuera de casa».
No puede ser más simple. Igual que esta tabla de quesos con fruta y miel.
¡A vuestra salud!
“Las cosas simples son las más extraordinarias y sólo los sabios consiguen verlas”. (Paulo Coelho)