Pizza viajera «a la sartén»

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¿Hacer una pizza casera cuando estamos viajando? ¡Ahora es posible!

¡Si! Esa pieza de resistencia de cualquier comida, llamada «rápida» aunque no lo sea, de cualquier fiesta, chiringuito, cafetería o la compañera perfecta de la película de la noche del viernes, ahora la tenemos a nuestro alcance aunque no tengamos un horno de leña adosado a nuestra furgo.

De origen humilde en su nacimiento, la pizza tiene mil aceptaciones en el mundo, así que había que encontrar la manera de incluirla en nuestro recetario viajero. Para empezar:

• El cocinado a la sartén Tiene su intrinqulis pero se puede hacer y queda muy bien. Necesitamos una buena sartén y cuando digo buena es que tenga el fondo algo más grueso para que distribuya mejor el calor. Fuego bajo y una tapa que cierre bien la sartén. Yo uso un plato que ajusta perfectamente y todo el calor se queda dentro (para esto no me fío de las tapas de aluminio con agujeros). Si estamos «por allí» y sólo tenemos los típicos platos de plástico/melamina, no nos sirven pero tenemos un recurso infalible: el papel de aluminio (si no lo tienes entre tus básicos de aventuras, mira aquí y revisa tu lista). Tapamos bien con el y ya tenemos nuestra super tapa = mini horno.
• LA MASA Si, en mayúsculas porque lleva todo «el peso» de nuestra pizza, literal y figurado hablando. Lo había probado muchas veces usando harina normal y levadura fresca de panadería: sale perfecta siempre y, a la hora de hornear (incluso en la sartén) no hacía falta que hubiese fermentado previamente. PERO. Si estamos acampados en territorio «salvaje» o en algún camping, quizas no tenemos la posibilidad de encontrar levadura fresca, por ello decidí probar la harina preparada para pizza, a ver que tal. Estos son los apuntes:
  • Va bien en el amasado.
  • Las indicaciones del paquete, correctas.
  • Prueba con la masa sin fermentar, fallida.
  • Prueba con la masa fermentada, muy bien.
  • Conclusión: funciona pero hay que darle su tiempo de fermentación
• El relleno Aquí entra en juego nuestra imaginación o disponibilidad de ingredientes. Hay un ingrediente sin el cual una pizza no tiene sentido: El queso. Y si es mozzarella, ya empezamos a entendernos. Luego están el orégano y el tomate (si la pizza no es blanca) y todo lo demás. En el caso de nuestra pizza a la sartén hay un requisito especial. Los ingredientes que añadamos tienen que estar cocinados o que se puedan comer crudos. El tiempo que le vamos a dar para hornear la masa será el justo para calentarlos y fundir el queso, así que, si hay algo que necesita cocción, unos champiñones crudos por ejemplo o unos espárragos, habría que saltearlos antes.

De las cantidades indicadas en la receta, salen 2 pizzas de masa pan, es decir de un centímetro de grosor más o menos y 24cm de diámetro. Si os gusta la masa más fina, pueden salir 3 perfectamente y con una sartén de 20-22cm, hasta 4. Procurar que la masa no sea más gruesa de un centímetro ya que nos arriesgamos a que se quede cruda en el centro.

Espero que lo probéis y me contéis que tal. No os asustéis por los tiempos marcados. Hacer masa casera lleva su tiempo pero es muy gratificante, casi mágico y si la preparamos desde por la mañana la podemos dejar levar hasta la hora de comer y así acortar los tiempos de espera. ¡Seguro que triunfáis!

Y si queréis algo más rápido, podéis probar: El Pan Pizza o Los enrollados de pizza.