Ingredients
-
8-10 Tomate
-
2-3 cebolla
-
2-3 dientes Ajo
-
4-5 cucharadas Aceite de oliva
Directions
Viajes de otoño, invierno, primavera o verano. Tenemos vistas unas cuantas recetas rápidas y apetecibles pero, ¡Ufff ese calor en verano, como para ponerse a guisar … quita, quita! y en invierno que ¿llenamos la autocaravana de olores? ¿O esa tarde, que llegas a casa pillado de tiempo para poner una cena en condiciones?
Casi todos los platos que nos gustan empiezan por … ¡Freír cebolla! y siguen con ajo, pimientos, tomate….
¿Y si pudiéramos coger un atajo y tener el sofrito ya hecho? Nos ahorramos 15-20 minutos de un plumazo y saltamos a esa parte en la que se define el plato que vamos a cocinar. Sin conservantes artificiales ni sabores raros. Como si lo hiciéramos en ese momento … pero sin hacerlo.
En realidad si lo haremos 😉 pero de una manera más «centralizada» preparando a la vez triple o más cantidad, con los ingredientes que más nos gusten, en el momento más conveniente.
Todavía me acuerdo de los tiempos en los que las temporadas eran de verdad, los tomates sólo se comían en verano y los que aparecían fuera de temporada sabían a cartón. La única opción que tenían nuestras madres y abuelas era la conserva y me he criado entre métodos cada cual más ingenioso para llevar el verano a los platos de invierno. En una de estas fueron ¡52 botes de tomate frito! pero era verano. Y tenían que durar casi un año. 😜 ¡Otros tiempos!
Volviendo a los métodos, el que os enseño en esta ocasión es: La conservación por temperatura. No se si es su nombre oficial pero es el más explicativo que me he encontrado. Yo lo uso también para mermeladas y va genial.
Sólo requiere que los ingredientes estén cocinados y muy calientes en el momento de envasar. Necesitamos 150ºC para asegurar una buena conservación.
Si por cantidad o por la manipulación no estamos seguros de la temperatura que tenemos en el momento de envasar, colocaremos los botes una vez cerrados en la bandeja del horno y lo fijamos a 150ºC. Una vez alcance la temperatura, esperamos 15 minutos y apagamos el horno. Dejamos enfriar hasta el día siguiente y comprobamos las tapas. Si el centro está firme al pulsar tenemos un buen vacío y la garantía de una buena conservación. Si no, es porque la tapa está mal cerrada o defectuosa y tenemos 2 opciones:
- utilizar el contenido en poco tiempo
- cambiar la tapa o el envase completo y repetir el proceso.
Quizás os resulte excesiva tanta preocupación teniendo en cuenta que hablamos de unos pocos botes de sofrito (con estos ingredientes 2 o 3) que vamos a consumir en poco tiempo.
Llegados a este punto, es mejor conocer la técnica correcta y completa, por si acaso os apetece practicar. Y si no os cuento todo, ¡mi madre me levanta el dedo!
Veamos como es el proceso …
Steps
1
Done
|
Los envasesPara este tipo de conserva, necesitamos botes de cristal con tapa que cierran herméticamente. |
2
Done
10 min
|
Preparación1. Como para cualquier sofrito, limpiamos las cebollas, las enjuagamos y picamos del tamaño que más nos gusta. |
3
Done
20 min
|
El sofrito1. Ponemos a calentar el aceite en una sartén honda u olla (dependiendo de la cantidad que vamos a preparar). |
4
Done
|
La conservación1. En cuanto el sofrito está terminado, sin que se enfríe, (¡ojo con las quemaduras!) llenamos los botes que tenemos preparados hasta el borde y los cerramos bien. Enseguida damos la vuelta a los botes y los dejamos enfriar boca abajo en una bandeja (mejor de un día para otro). |